domingo, 8 de julio de 2012
Godicosas.
Mi hermano era un fumador muy habitual. Hoy en día ya no lo hace y se apoya en el pensamiento que Dios le dio la facultad para dejar de hacerlo. En una parte, todo este asunto me da demasiada felicidad y por otro simplemente me hierve las pelotas. En mi caso, por otro lado, yo también era fumador, pero no tan habitual. Podían pasar días sin fumar, pero decidí que ya era suficiente para mí y ya llevo casi dos meses sin fumar un maldito cigarrillo. Totalmente es distinto con mi hermano, ya que él no reconoce el poder de su voluntad y simplemente le busca la explicación divina al asunto. Siento que Dios le está quitando el crédito de mucha de las facultades que tienen las personas para lograr hacer cosas. De hecho, muchas veces Dios es la supuesta causa donde en realidad sólo hubo intervención humana.
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