lunes, 21 de julio de 2014

Nada.

No sé ni por donde empezar. Siento tantas cosas dentro de mi en este momento que en realidad no tengo la certeza que serán definidas y explicadas de manera clara en esta entrada.

Desde el año pasado que no tomo este blog. Vuelvo a él porque sé que hoy ni mañana ni pasado será leído. Siento que éste será leído en un futuro distante, lejano, justo cuando estas palabras no tengan la más mínima importancia.

Escribir es una de las cosas que más me relaja. Aunque no lo haga mucho ni tan bien, siento que puedo tallar mi interior en palabras con facilidad y retórica. Sin embargo, como dije ya anteriormente, hoy será algo distinto. La inseguridad está dentro de mí más viva que nunca, no puedo dejar de pensar en lo mucho que los fantasmas del pasado inciden en la actualidad y yo lo único que quiero es que me dejen en paz y seguir disfrutando de la gente buena y amable que me rodea.

No quiero irme en muchas vueltas. Me siento así nada más ni nada menos que por tí, Charlie. Hoy recibí una vez más una acusación de lo mierda que soy como pololo.

No sé cuantas veces he tenido que sufrir por esto, tantas que ya el sabor de la relación me resulta amargo. Siento que está tóxico, ya tus besos no me saben igual porque sé que dentro de ti ya no está esa intensidad que había hace un par de años atrás. Debo confesar sí, que me duele. Me duele como nunca antes seguir pagando por los errores que  yo mismo confesé y presenté en cuanto ocurrieron. Lamentablemente, hoy he sido acusado denuevo por haber caído en dichos errores. Me parece ridículo, preocupante y triste que hayas si quiera creído que son verdad. Me deja en claro que ya no confías en mí, ni mucho menos crees mis palabras. Me siento ofendido al saber que de verdad te afectan las estupideces que te dicen sobre mi lealtad. Es cierto que obré mal, pero eso fue en el pasado y YO mísmo las asumí en su momento porque sé cuando de verdad le estoy haciendo daño a alguien que quiero a causa de mis actos. Y hoy mismo, te digo que no he hecho ni dicho nada.

 Te ofrecí leer mis conversaciones de Facebook porque estoy seguro que no encontrarás abosulamente nada. Sin embargo, la trampa está en que en realidad te estoy poniendo a prueba  a ti de lo que pasará mañana. Quiero ver de manera empírica que prefieres leer unos registros que no tienen nada a creer en mis palabras. Si prefieres lo primero, me confirmarás de lleno que en realidad esta relación no tiene pies ni cabeza, que en realidad también, la confianza no existe ni mucho menos una credibilidad de tu parte. Te advierto, desde ya, que si llegas a optar por invadir mi privacidad (otra vez), esto sellará un nuevo proceso en mi vida y desde ya comenzaré a purificarme lentamente para librarme de ti lo antes posible. 

Está bien que exista gente escéptica, pero el escepticismo no me parece tan válido cuando de relaciones amorosas se trata. Gente así en mi vida no me sirve, ni me es sano compartir con ellas. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario